"Costumbres cervatas". |
Romería de La Carballeda. |
"El despertar de una
mañana de septiembre en tierra cervata forzosamente ha de ser alegre y
seductor. Al “serdedía”, que
diríamos, cabalgábamos en un magnífico caballo, aparejado de gran gala, como si
intentásemos venderlo a los gitanos, camino de Rionegro, lugar donde está
enclavado el famoso Santuario de la Virgen de la Carballeda. Pronto dejamos a
la espalda el lugar cervato de nuestro marquesado. Las alondras elevaban su
vuelo al cielo, saludando al nuevo día con sus dulces y armoniosos cantos. A la
derecha, y antes de las viñas, veíase a dos rapaces que hábilmente colocaban
sus parrillas para cazar a los
incautos picanzuchos. Recordamos que antes era Quintanilla el campo de estas
operaciones; pero se conoce que el cambio de equinoccio de que nos habla un
antiguo buen amigo también influyo en las aficiones de los pájaros.
Virgen de La Carballeda. |
Ya en Rionegro procuramos confirmar nuestro encargo con una
pequeña modificación, que consistía en
que aumentasen la cantidad de pimientos con que se condimentan los clásicos pollos
de ese día. Después presenciamos infinitas habilidades de la gitanería.
Visitamos los puestos de las avellanas. Vimos los pavos que han de servir para
festejar la Navidad. En otro lugar, la mujer-mariposa, que nos costó diez
céntimos. Al lado, un gigante y un liliputiense, y mil espectáculos y
sacadineros de una candidez extraordinaria.
Las doce aun no habían sonado; pero los
estómagos clamaban por entretenerse, y allí en casa de la hija de Leonor, que
bien ganada tiene la fama, nos dieron un banquete como para recordarlo toda la
vida. En fín, que vale la pena de ir a la Carballeda sólo por tomar los pollos.
*
El mismo afán de llegar los primeros nos guiaba para ser
también los primeros que efectuásemos el regreso; y antes de hacerlo nos
acordamos de comprar los tamboriles, flautas y gaitas con que obsequiar a
nuestra gente menuda.
Éramos los primeros emisarios de la fiesta, y, además de la
prole para recoger los regalos, nos esperaban las pocas personas que habían
dejado de asistir, ansiosas de conocer detalles.
Devolvimos el medio de locomoción que nos prestaron para
asistir a la fiesta, dejándolo comprometido para el próximo año, que sólo con
esa anticipación se puede conseguir caballo para tal día. Así acabó la fiesta
de la Carballeda.
EL MARQUÉS DE
VALDARCOS.”
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http://elnoroestezamorano.blogspot.com/2022/09/hay-momentos-que-anunciancambios-asi.html