lunes, 23 de junio de 2014

Pro Sanabria – Recuerdos de 50 años ha. (1920) – III. LA LEYENDA DEL LAGO DE SANABRIA.

Pro Sanabria – Recuerdos de 50 años ha. (1920) – III. LA LEYENDA DEL LAGO DE SANABRIA.
(por el padre #ÁngelRodríguezDePrada, agustino.) .

“III  - RIQUEZA ACUMULADA en EL LAGO Y en EL TERA, PADRE e HIJO del MISMO .
            El origen del lago de Benavente, así dicho también por haber pertenecido a los condes de este título, debe de remontarse a los tiempos geológicos primarios, porque a los terrenos primarios, graníticos y de formación ígnea primitiva pertenecen aquellos contornos y montañas. Casi concuerdan con estos cálculos los consejos y leyendas populares respecto de la formación del lago, en cuyo fondo, según ellas, hallase sepultada una populosa y antiquísima ciudad anteprehistórica.  No todo ha de ser científico y rigurosamente histórico. El caso sucedió del modo siguiente:

            Ocurriósele una vez a Nuestro Señor Jesucristo presentarse en aquella gran urbe, que debía de tener poco de cristiana, en traje de peregrino, pidiendo limosna. Llamó a las puertas de todas las viviendas y en ninguna fue socorrido, hasta que por fin, con hambre, sudoroso y fatigado, llegó a la puerta de la casa que ocupaba el punto culminante de la ciudad; pero tan desprevenida  se hallaba la familia que la habitaba, que ni un pedazo de pan encontraron para socorrer, como querían al santo mendigo. Más dio la casualidad de que en los mismos momentos tenían la masa preparada y el horno encendido para cocer el pan de la semana.
            - Espere usted unos instantes, que voy a meter en el horno un pedazo de esta masa y prepararle un panecillo, una tortica, que la comerá usted tierna y caliente – dijo la dueña.
            - Dios se lo pague; esperaré – contestó el Señor.

            Y aquella buena cristiana cogió en sus manos, y con ellas arrolló y estrujó, un pedacito de masa, del tamaño de una nuez, y la introdujo en el horno. La masa, al cocerse, se esponjó, creció y creció tanto, que, al querer sacarla convertida en pan, se encontró la buena mujer con una hogaza tan grande que apenas cabía por la puerta de entrada. Dióle un vuelco el corazón a la solicita panadera, y le pareció mucho dar todo aquel pan al pobre que esperaba. Lo retira, sin decirle nada; toma otro trocito de masa, grande como una avellana; hace las mismas operaciones y … la hogaza apareció más grande que la primera. Siente aumentadas también las anteriores impresiones de avaricia; coge como un garbanzo de la masa que fermentaba en la artesa, repite la maniobra, y esta vez, la hogaza de veras que ya no cabía entera por la boca del horno.
            “Jesús, que prodigio¡ ¡Esto es un milagro¡ Ese pobre es el santo que lo ha hecho; y cargando con el asombro y con las tres hogazas, corrió escaleras abajo a postrarse a los pies del mendigo y contarle cuanto acababa de suceder.”
            El Señor se sonrió; la miró complacido y le agradeció la limosna.
            “En premio de esta obra de caridad – repuso el desconocido – quiero salvaros de la ruina que amenaza a esta ciudad; porque, excepto vosotros, ninguno en ella ha querido socorrerme. Va a ser destruida; salid inmediatamente con lo que podáis llevar a cuestas y situaos en aquel punto de la ladera de enfrente. Corrieron presurosos, porque el mandato urgía; y, puestos en salvo, el misterioso peregrino dijo con voz solemne y potente, que retumbó en las montañas: Aquí finco mi bastón: de aquí salga un gargallón.”
            Y un surtido inmenso de agua brotó en aquel punto, inundando calles, plazas y viviendas, mientras que la ciudad en bloque fue hundiéndose, hundiéndose hasta quedar sepultada en las aguas; y sólo fuera de ellas, como testigo de la catástrofe, la casa de la familia caritativa, que fueron los primeros los primeros habitantes y dieron origen al puebla de Ribadelago, quedando desde entonces formado aquel depósito de aguas cristalinas, renovadas constantemente por las que aporta el Tera y sus afluentes de mayor altura.
            Queridos paisanos: Vuestra sonrisa al no creer en la leyenda transcrita es muy natural, y demuestra que sois más ilustrados que los sanabreses de hace cincuenta años. Lo referido me lo contó entonces, con toda la sencillez y formalidad del caso, una criada que a la sazón servía en la casa de mis difuntos padres. Creo, si mal no recuerdo, que ya entonces me reí yo de la candidez de la crédula sirviente. Hoy podéis daros la satisfacción de una carcajada, considerando mis simplezas al traer a cuento fábulas desatinadas. No será la única que aparezca en estos apuntes y recuerdos.

            Los restos de la casa aquella que quedó fuera de las aguas aun se ven allí, en la llamada la isla del lago, y son, ni más ni menos, parte de los muros derruidos del pequeño palacio de recreo que en aquella isleta tuvieron los opulentos condes de Benavente. Pero servían de apoyo sólido a la narración de mi buena sirviente, que con ello me ha desviado del camino, sin permitirme entrar en materia.




domingo, 22 de junio de 2014

Pro Sanabria – Recuerdos de 50 años ha. (1920) – II.


Pro Sanabria – Recuerdos de 50 años ha. (1920) - II.
 (por el padre #ÁngelRodríguezDePrada, agustino.) 

“II  -  EL LAGO DE SANABRIA Y EL TERA .
            Este no nace de aquél, como erróneamente has escrito algunos geógrafos. El Tera viene  ya formado desde algunos kilómetros más arriba, en donde se encuentran las grandes hondonadas de praderas naturales y vegetación casi tropical, a pesar de la altura, denominadas las Cuevas de San Martín, rodeados aquellos contornos por montañas que forman un inmenso anfiteatro y convierten la cuenca baja en un reverbero de los rayos solares, determinando, hasta en el invierno, una temperatura suave y clima benigno.
            El pueblo de Ribalago, o Ribadelago, situado a la entrada del río en el lago, escucha constantemente el ruido de las cascadas con que el Tera se precipita, como buscando descanso en el inmenso depósito de aguas cristalinas, frías como agua de sierra, pobladas de peces variadísimos, de bogas, barbos, truchas y anguilas; en tanta abundancia, que, MIRANDO AL FONDO DESDE LOS PUNTOS ACANTILADOS DE LA ORILLA, A TRAVÉS DE UN ESPESOR DE VARIOS METROS DE AGUA,  SUS HABITANTES,  LOS PECES,  HORMIGUEAN COMO ENJAMBRES.
            Desde la entrada, por la parte superior, hasta la salida, por el Cañal, el Tera deja a sus aguas en libertad para que se marchen, jueguen y descansen y respiren con holgura con las compañeras y hermanas del depósito, ya oreadas por el viento y soleadas por los rayos del astro del día, y dispuestas a reanudar la faena de correr Tera abajo buscando al Duero porque instintivamente, y mejor que mis paisanos los sanabreses, SABEN QUE LA UNIÓN ES FUERZA, Y QUE CON LA FUERZA SE VENCEN LAS RESISTENCIAS.
            Hállase el lago encajonado entre dos altas montañas cuya pendiente, en su mayor parte, debe aproximarse a los 60º, casi unidas por el lado de Ribalago sin dejar entre sí más espacio que el cauce del río, estrecho y fortificado con bloques de granito. Por el lado opuesto, hacia la desembocadura, las montañas se rebajan y pierden toda su altivez, continuando la escabrosidad y quebraduras del terreno hasta Galende y montes de Quintana. Las puertas del lago, por donde el Tera sale a torrentes y como remozado, creo que con más caudal que entra, paréceme que no tienen más de unos 20 ó 25 metros de ancho.
            Perteneció el lago, como todos aquellos bellísimos contornos, al antiguo convento de Bernardos, de San Martín de Castañeda, situado en la ladera de la montaña del Norte como un balcón ciclópeo, desde donde se contempla la azulada superficie de las aguas y los accidentes maravillosos, poéticos y agrestes del inmenso panorama; de bellezas naturales tan sorprendentes como las que pueda presentar  la región más pintoresca de la superficie de la tierra.
            Los Bernardos construyeron  lo que se llama el Cañal. A través de la desembocadura, y cortando oblicuamente la corriente con bloques de granito como tirados al acaso, formaron un esbozo de presa para desviar parte de las aguas hacia la izquierda, en donde encauzadas por dos muros de mampostería que van estrechándose en forma de embudo, llegan aquellas a una desembocadura o canal de cosa de un metro de ancho, por cuyo extremo y a la altura de otro metro, poco más o menos, caían las aguas en una caja con fondo de tablas en forma de cañizo y coladera, con rendijas longitudinales entre tabla y tabla, por las cuales el agua se escurría, y los peces, incautos o curiosos, escallos, bogas, barbos y truchas, que jugando con el elemento líquido llegaban allí, quedaban en seco. Contábase, y debe de ser verdad, que los religiosos Bernardos, o el mayordomo de la Comunidad, para disponer de fresco exquisito a diario, no tenían más que mandar recogerlo en el Cañal todas las mañanas.
            En mi tiempo ya no había allí religiosos; aquello parecía completamente abandonado. Yo mismo, las veces que pasé por allí, no sin peligro, saltando de piedra en piedra, como gamo, para salvar los portillos de la presa rústica descrita y no caer en los torrentes de agua, recogía en un pañuelo la pesca que en el Cañal había, considerándola como vera nulius y sin dueño.
            El paisaje, así en conjunto como en los pormenores, es estupendo, grandioso, sin rival en punto a contrastes y bellezas naturales, digno de descripciones trazadas por la pluma de Pereda o por la de algún otro de los maestros en el arte. La mía no vuela tan alto, lo cual es motivo más que suficiente para prescindir de intentarlas y limitarme a cosas más prosaicas, a lo útil, sin tocar en lo bello.        

domingo, 8 de junio de 2014

MONUMENTO A LOS COMUNEROS - 1921.

            En la sección segunda del Congreso se han reunido los elementos que voluntariamente han tomado a su cargo la empresa de conmemorar el cuarto centenario de la jornada de Villalar.
           
            A la reunión asistieron  los comisionados del pueblo villalarense y los alcaldes y varios representantes parlamentarios de las provincias castellanas.
        Después de un cambio de impresiones se acordó por unanimidad: erigir un grandioso monumento en el Campo de Villamar, colocar la primera piedra del monumento el día 24 del próximo mes de abril y estudiar y gestionar la creación de un Museo-escuela-biblioteca que compendie recuerdos de glorias castellanas y que brinde  esperanzas de amor a la Patria, y, en fin, recabar para estas empresas el patronato de S.M. el Rey y la colaboración de personalidades caracterizadas por su españolismo.

          Para dar realidad a los anteriores acuerdos, fue designada una Comisión, presidida por el diputado a Cortes Sr. Zorita y formada por los Srs. Alfáu, Bullón, Esquella y alcaldes de las capitales castellanas y del pueblo de Villalar.”

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                  En 1972 D. Luis López Álvarez "cuenta la historia  de la revolución comunera, vencida por las armas del absolutismo imperial en 1521", en el libro Los Comuneros, (prologado por D. Vicente Aleixandre) poema épico que se populariza con adaptación, música y arreglos del Nuevo Mester de Juglaría de 1976.

          Es importante conocer nuestra historia para saber quienes somos:




DEPÓSITO DE HARINAS EN PUEBLA DE SANABRIA - 1921.

- Sección de Noticias.

           " Nuestro respetable amigo el senador por Zamora D. Felipe González ha establecido un depósito de harinas, de su fábrica Las Sorrilas, en Puebla de Sanabria, donde se venderla la mercancía al precio que se cotice en  los importantes mercados de la provincia."

LA PRONTA CONSTRUCCIÓN DEL FERROCARRIL DE ZAMORA A ORENSE.

 HERMISENDE – 1924 .
     “Ha despertado vivísimo interés en esta comarca la noticia de haberse formado una Comisión, compuesta de personalidades de Orense y Zamora, para conseguir de los Poderes públicos la PRONTA CONSTRUCCIÓN DEL FERROCARRIL DE ZAMORA A ORENSE. La iniciativa ha partido del digno presidente de la Diputación provincial zamorana, D. César Alonso.    -    Corresponsal.”

        

HERMISENDA, la HIJA de D. PELAYO.

 CASTRELOS DE HERMISENDE - 1924.
                “Hace unos días llegó el señor delegado gubernativo, quien se lamentó del estado deplorable en que se hallan los pueblos de estos contornos, y exhortó al vecindario a que sacuda la apatía o dejadez, para que, laborando todos juntos, puedan muy en breve conseguir la realización de la construcción de la carretera a Hermisende, mejora que prometió apoyar con decisión ante los Poderes públicos.

                Como dato curioso digno de mención, diré que, hablando con el señor delegado y el capitán de Carabineros de lo atrasado de este rincón, que recuerda su nombre las histórica Hermisenda, hija de D. Pelayo, al que, según la Historia, se le debe tal fundación, el señor conde de Obedos no pudo menos de responder que quizá desde aquella fecha no se haya vuelto a hacer nada en estas localidades.-   El Corresponsal.”

LA EMIGRACIÓN DESPUEBLA A SANABRIA Y CARBALLEDA - 1924.

                   
                 Las noticias que llegan a nuestra Redacción del partido de Puebla de Sanabria, son aterradoras y reveladoras de la precaria situación por que atraviesan aquellos desventurados ciudadanos.
              La cosecha de cereales ha siso casi nula, como igualmente la de patatas, que tiene gran importancia, y ante el negro porvenir de un desastroso invierno, por falta de obras, los vecinos emigran para América en cantidades enormes.
                      Es dolorosísimo ver partir, no solo a lo mejor de nuestra juventud, sino también a ancianos en busca de trabajo y ante la perspectiva del hambre.
                 Las obras públicas, que en otras regiones sirven para contener esa masa humna que tiene derecho a la vida, en la nuestra no se conocen, y cuando chillamos porque nos sobra la razón, nos esgrimen como obstáculo las dilaciones del expediente.
                El partido de Puebla tiene carreteras aprobadas desde hace muchos años. Díganlo sino la de Palacios a Astorga y la de Rivadelago a Sobradelo. Sin embargo, por causas incomprensibles, vemos que otras, conseguidas bastante tiempo después, ya se han ejecutado, mientras las nuestras se eternizan. ¿Que esto ocurre en otras provincias y no en la nuestra? Pero ¿es que lo que otros consiguen no lo podemos conseguir nosotros?
                No valen los buenos deseos, hay que demostrarlos con hechos, y la realidad es que las tramitaciones se hacen inacabables y que estas ejecuciones de obras, en las que tendrían trabajo  trabajo muchas personas, nunca empiezan.